Éxito, hemos fracasado

Pensar en el éxito como el logro acumulativo de posesiones está mal, un carro no puede decirme que tan exitoso soy, ni mi ropa y mucho menos un electrodoméstico, medirlo de esa manera es insuficiente y caería en el pecado de Nicola di Bari de sentirme ausente de él, aunque también sepa que bebo y sepa que fumo. Medir el éxito de esta manera es convertirse en el niño que calcula la felicidad de sus navidades en la cantidad de regalos y la verdad yo siempre he preferido medirla por las carcajadas, nada podrá superar la alegría de haber montado por primera vez en bici aunque fuera ajena, y es desde allí desde donde partirá este texto.
No concibo el éxito más allá de una emoción esporádica, consecuencia directa de acciones puntuales; siempre y cuando se haga porque se quiere. El éxito es esa ansiedad explosiva, es tu corazón acelerado que te atraganta cuando de sopetón te encuentras devorándote un libro y entendiéndolo, cuando de repente suena esa canción de fondo… cuando por primera vez sales de la ilusión del sexo por sexo y te sientes amante, cuando en el último minuto, en el último esfuerzo logras hacer emocionar más de un corazón, ese sentimiento es tan simple como esa sonrisa pícara, cómplice y alegre que se lanza como carnada dispersa ante cada regalo, abrazo, roce, beso y mordisco dado y recibido.
Mi éxito no se deprecia, no disminuye y por eso no puede ser un objeto, un título o un cargo, mi éxito está ligado a mi felicidad y por ende no puede ser físico, y también debido a eso por más que trates de aparentarlo no puedes alcanzarlo. No puede concebirse el éxito más allá de la aceptación fehaciente de la realidad, solo ella puede hacerte feliz y exitoso. De esta manera podremos comprender que el éxito no está ligado a una clase social, sin importar que digan/escriban éxito o ecito o incluso esito.
Así que si su ideal de éxito está separado de su felicidad déjeme decirle desde el más respetuoso de comentarios, su éxito es un fracaso. Despréndase de él, déjelo partir, por más que la televisión se lo diga usted no necesita un auto o una bicicleta, usted necesita sonreír, disfrutar, aprender y aprehender de la vida, usted al igual que yo necesita hablar consigo mismo, disfrutar más de cada trago, cada cigarrillo, cada tinto, cada polvo… nunca hay suficientes momentos de esos que embriagan la depresión. Y no me malentienda, puede ser feliz trabajando duro, siendo callado y poco expresivo, el éxito no se trata de andar como un arlequín de salto en salto, el éxito nuevamente le repito no puede ser más que un estado de ánimo y como tal es pasajero, así que sáquele más jugo a los orgasmos que a las gafas, los bolsos y los relojes, abrace con mayor fuerza a sus amigos y libérese de tanta cosa, no permita que su éxito sea otro gran fracaso.

Comentarios

  1. Por cosas así es que aún viven sentimientos en mí hacía ti, te extraño montones Cami.

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